Durante una pequeña investigación sobre un tema que me comenzó a llamar la atención, la Teoría de la Reminiscencia, luego de varias instancias de reflexión, introspección e interpretación personal, llegué a la conclusión de que a lo largo de los siglos muchos pensadores de renombre (y seguramente otros tantos anónimos) han ido acuñando conceptos, adaptándolos y redefiniéndolos, que no han perdido vigencia y están íntimamente relacionados, por no decir que son lo mismo desde diferentes perspectivas o definiciones: la quintaesencia, la idea de concepción del alma, lo vivo y lo “muerto”, lo orgánico y lo inorgánico, el éter, etc.
Conceptos filosóficos como la Paradoja de Teseo, el Principio de Parsimonia, la emergencia de patrones, entre otros. Cuestiones como la búsqueda insaciable del conocimiento, la ciencia en constante evolución: la química, la biología, la neurología, la computación y la física. Todos en búsqueda de ampliar nuestro conocimiento y entendimiento de las cosas para “ir más allá”.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
Mientras que la mente parece producir
información común a todos los humanos, las sensaciones parecen producir
información individual, que no sirve para crear un conocimiento
verdadero.
A pesar de la tendencia a creer que el
conocimiento se obtiene a partir del mundo material, el conocimiento
verdadero debe provenir de la mente. La mente, no es más que una de las 3
partes que conforma el alma. La parte racional, de lo inmaterial que somos.
La teoría de la reminiscencia se
asocia principalmente a Platón, el cual propone que conocer no es más que recordar. Recordar lo que el alma sabía
cuando habitaba en el mundo inteligible de las ideas,
antes de caer al mundo sensible y quedar
encerrada en el cuerpo (el carro, según como lo define Platón en su <Alegoría del Carro Alado>).
El recuerdo se logra principalmente
mediante el diálogo filosófico, y va surgiendo a medida que el cuerpo va recorriendo
el mundo material, entrando en contacto nuevamente con lo que ya conocía
del plano inmaterial.
(Hace no mucho tiempo atrás tuve una charla
en una parada de colectivo respecto de este mismo, sin saber ni haber leído
nada respecto del tema anteriormente. Lo más “extraño” fue haber llegado a una
discusión, reflexión y conclusión similar a la que llegué nuevamente por mi
cuenta, tras haber leído de dicha teoría que aquí les estoy planteando)
Todo lo material consta de una esencia,
incluso los objetos inertes, lo cual podríamos llamarlo como el “alma” de dichos
objetos. En algún momento, antes de reencarnar en cuerpos, las almas se
encontraron. Una vez en este mundo sensible, al volver a mantener
un contacto con ellos es cuando recordamos y volvemos a adquirir ese
conocimiento primitivo del cual ya contábamos.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
Esto
podría explicar esas extraña sensaciones de familiaridad que surgen en lo
cotidiano: la sensación de "deja vu", de ya haber vivido y
experimentado ese momento anteriormente; el sentir que se establece una conexión
real, fuera de lo ordinario cuando algo nos produce sensaciones tan profundas e
intensas, tanto de bienestar como de malestar; lo que normalmente algunos
prefieren explicar como casualidad,
mientras que otros prefieren llamarlo destino.
Resulta sorprendente como intentar
entender el funcionamiento de la mente o abordar la idea de la existencia de un
“alma” sigue siendo un tema tan complejo de abordar, aun frente a los avances constantes
de todas esas ramas. Tantas interrogantes sin resolver, si es que acaso existe respuesta
alguna...
--------------------------------------------------------------------------------------------------
"... descubrir cómo es el alma
sería cosa de una investigación en todos los sentidos y totalmente divina,
además de larga; pero decir a qué es semejante puede ser el objeto de una
investigación humana y más breve".-
Platón (427-347 a.c.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario